TRANSFORMACIÓN… (Poemario El amor es un puñado de casualidades, 2012)
Has pasado de caldo joven
al regusto de un buen
vino en el techo de la boca.
Eras el amanecer más
bonito de un verano
tras una noche mirando
las estrellas.
La ola única que se busca
toda la vida
y que salta con ansia
cuando se la sabe en la
playa.
Has pasado de deseo
indefinido
a un “te quiero” concreto
aunque el objeto de ese
amor
esté tan alto que no haya
hasta ti
ninguna escalera posible.
De segundo que consumía
una vela
a la cera que busca
volver
a ser encendida
sabiéndose mecha con tara.
Eres el “reply” de una
película
que vería mil veces en
pantalla panorámica
y de la que no quitaría
ni un segundo de metraje.
La historia que sé
que se me escurrirá de
los dedos
en cuanto me descuide…
y de la que no cambiaría
ni una coma.
Voy a llenar mil páginas
con tu nombre,
tu voz y tu sonrisa
almibarada.
Con las pestañas que
portas
en los párpados y que
evocan autómatas
de trapo infantiles y sin
malicia.
Voy a tatuarme en mis
tímpanos
las notas que arrancabas
goloso
del instrumento,
tus juegos con el viento
mientras formabas parte
de un todo
… simétrico…
y tu tez aceitunada
(marca de trabajo estival)
seña de identidad del
esfuerzo:
yugo y espada,
pero incapaz de portar
ninguna flecha.
Para no perderte…
¡cómo te pierdo ahora!