Trabajé durante varias temporadas en la cantina de la vieja Condomina los domingos con
mi hermana y varios amigos, di clases de español a extranjeros, llevé el
control de promociones en supermercados y grandes superficies, también estuve
en una conocida cadena de comida rápida, fui azafata en varios hipermercados, di
clases particulares, hice de canguro, dependienta en una tienda de novias y
segunda encargada en una tienda de productos de decoración.
De este último trabajo que cito tengo bastantes anécdotas:
-El mismo día que me dijeron que sí en esta tienda me
llamaron también de una de las marcas de Inditex pero preferí trabajar entre
platos, cristal y objetos de decoración que con ropa.
-Cambié de ciudad y Comunidad Antónoma por amor aunque la
cosa después salió bastante mal. Fue mi primera experiencia fuera de casa de
mis padres y aprendí muchísimo. Tenía 24 añitos.
-Mi primer día en la tienda con el resto de mis compañeras
tuvo casco y obreros pues el centro comercial no estaba terminado. Trabajamos así,
si la memoria no me falla, casi un mes hasta que pudimos abrir al público.
-En esa época no tenía coche así que ir a trabajar por las
mañanas y llegar a casa en transporte público dependía de transporte público y
la buena voluntad de mis compañeras.
-La mayoría de días comíamos en una pequeña habitación
dentro de la tienda pues no nos daba tiempo a volver a casa.
-En la tienda éramos dos María Jesús, las dos rubias, y las
dos de la misma región y con edades parecidas. Otra casualidad: ahora nuestras
parejas también se llaman igual.
-Algunos lunes por la mañana que era cuando nos llegaba la
mercancía llegamos a estar bajo cero.
-Era una época de bonanza inmobiliaria así que las vajillas
volaban.
-Lo que más me gustaba dentro de mi trabajo era “hacer
pedido”, ¡me sabía el catálogo de memoria! Pero alguna vez metí la pata…
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